EL DERBI QUE NOS ESPERA

Hoy, a las 20:00, cualquier amante del fútbol, debería sentarse a ver uno de los grandes partidos del año. El Barcelona, con la tarjeta de presentación de ser el mejor equipo visitante tras 7 victorias a domicilio, se enfrenta con uno de los mejores locales, el Espanyol que lleva 7 victorias en casa. Los números que acompañan a ambos equipos son de récord y están a su mejor nivel histórico. 

El bagaje de los enfrentamientos entre ambos equipos en casa del Spanyol históricamente no puede ser más igualado, 25 victorias para el Espanyol, 25 empates y 26 victorias para el Barcelona. Lo que demuestra que ante todo juegan dos escudos que comparten ciudad y que no entienden de nada más, abstrayéndose de cualquier otro elemento que pueda afectar al partido, como que uno haya ganado 6 títulos en un año y que el mayor logro del otro es haber sido dos veces finalista de la UEFA.

El Espanyol de este año tiene otro aire, tiene mucha más cara dura y más desparpajo con el balón. El centro del campo que alineará mañana Pochettino estará formado por Javi Márquez y Raúl Baena, dos jóvenes talentos del fútbol español (24 y 21 años respectivamente) que fácilmente pueden hacerse con las riendas de un equipo con más de 100 años de historia y cuya calidad, tapa su corto rodaje en la primera categoría del fútbol.

Atrás quedan los malos años del Olímpico de Montjuic, y con el nuevo estadio de Cornellá-El Prat, el Espanyol apelará al espíritu de su estadio talismán, Sarriá, creando un ambiente muy hostil para presionar al Barcelona. Hay que considerar éste uno de los pocos partidos que pueden servir para animar esta liga tan desproporcionada en la que está inmersa el fútbol español, que tiene más pinta de liga escocesa o portuguesa que de un país con una tradición futbolística como España.

En resumen, esta noche el Barcelona tiene mucho que perder y el Espanyol sólo algo positivo que ganar. Para Pochettino, además de tres puntos, el partido es una cuestión de orgullo y motivará a su "baby Espanyol" al máximo, algo que a través de las palabras de Osvaldo, capaz de "pintarles la cara", parece haber sabido transmitir al grupo.

Fdo: MONO BURGOS