jueves, 1 de diciembre de 2011

FANATISMO EN EL FÚTBOL

“Destrozad a estos vándalos”, “¡Enjaulad a los animales! O “¡Escándalo de los salvajes del fútbol!” fueron algunos de los titulares más llamativos que aparecieron en los principales diarios ingleses a principios de los setenta. El fútbol, había sido tomado por un grupo de gente violenta, que buscaba cualquier excusa para causar estragos tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.

Si bien es cierto, que desde su nacimiento habían existido enfrentamientos graves, fue con la llegada de estos grupos organizados cuando la violencia alrededor del fútbol llegó a su máxima expresión. Pero la violencia en el fútbol no es solo exclusiva de las islas británicas, alrededor de todo el mundo podemos encontrar ejemplos de este fenómeno.

-¿Cómo repercute en el aficionado común?-
Es 8 de octubre de 2003, en Santiago de Compostela se juega un partido de fútbol entre el equipo local, el Compostela y sus grandes rivales, el Deportivo de la Coruña. Minutos antes del encuentro el grupo radical del deportivo, se dedican a agredir a distintos aficionados rivales así como a intimidarles.

En una de esas reyertas, Manuel Ríos, de 31 años y al igual que los anteriores, aficionado del Deportivo de la Coruña, se introduce entre estos aficionados radicales con el afán de que cesen en su actitud violenta. Es en este momento cuando sufre un fuerte golpe en la zona abdominal, propiciado por una patada. Se le traslada al hospital de la localidad, donde sólo pueden confirmar su defunción.

Quién no recuerda el caso de Aitor Zabaleta, asesinado en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón, por miembros del Frente Atleti,

Posiblemente estos sean los casos más trágicos que han tenido lugar en los últimos años a lo largo de la geografía española, pero no son los únicos. En su afán por saciar su sed de violencia, son frecuentes los casos en que los grupos violentos se enfrentan con personas cuya única idea a la hora de acudir a un estadio de fútbol, es esa, ver un partido de este deporte

En su prólogo de Diario de un Skin, Antonio Salas cuenta la historia de dos hermanos aficionados de Osasuna, que deciden acompañar a su equipo al Santiago Bernabéu. Al finalizar el encuentro y cuando se dirigían a su coche, fueron asaltados por un grupo de hinchas radicales del Real Madrid, conocidos como Ultrassur y recibieron todo tipo de patadas, puñetazos y golpes alrededor de su cuerpo. Su único delito consistía en ver un partido de fútbol.

-Caso particular de Argentina-


Toda esta subcultura surgida en torno al fútbol arraigó en Latinoamérica de una forma muy especial dando lugar al fenómeno de los barras-bravas, que, a diferencia del decrecimiento gradual de la influencia de los radicales en el fútbol europeo, mantienen una fuerte presencia en la sociedad sudamericana, en especial en Argentina.

El fútbol y Argentina siempre tuvieron una vinculación especial, tal y como ha podido comprobar este equipo de investigación, el balompié ocupa un lugar más propio de una religión que de un deporte[JLRA1] .

Dentro de toda esta locura futbolera, hemos podido constatar que el fanático tiene un lugar preferencial resercado: la grada popular de cada estadio de fútbol argentino se emplaza la barrabrava. Ésta se compone de los aficionados más bulliciosos, que llenan de color la grada con los trapos (pancartas gigantes), banderas y papelitos; apostados en el para-avalanchas y siempre acompañando el partido con cánticos a ritmo de murga, con bombos y trompetas a pleno rendimiento. Esta coreografía produce fascinación en el hincha común, aceptando a las barras-bravas como ingrediente imprescindible dentro del espectáculo futbolístico, pero dentro su legado también se debe incluir las 247 víctimas mortales e innumerables heridos por causa del fenómeno de las barras-brava.[1]

Sin embargo, la actividad de la barrabrava va mucho más allá de los noventa minutos del partido, incluso más allá de los episodios de violencia ocasionales que se puedan producir entre las barras rivales o entre secciones rivales de la barra de un mismo equipo. La actividad de la barra brava extiende sus “competencias” hasta la gestión de los recursos del club como venta de entradas, organización de viajes o administración del aparcamiento del estadio; las decisiones directivas e, incluso, la actividad política de la zona. [2]
                                                                                                                                 
Este es el caso, de Rafa Di Zeo, histórico capo de la legendaria “Doce”, barrabrava de Boca Juniors, desde el año 1994 hasta su entrada en prisión en 2007 por la agresión a un aficionado de Chacarita en 1999. El señor Di Zeo es un tipo de origen humilde que desde chico fue a la popular de Boca, aunque sus malintencionados rivales defiendan que siempre fue hincha de Ferrocarril Oeste, supo crecer a la sombra del antiguo cabecilla de la “Doce”, José “El Abuelo” Barrita, hasta ocupar su lugar cuando éste ingresó en prisión.

Di Zeo es un protagonista habitual en la televisión argentina, un signo claro de la fascinación que produce el barra brava en una parte importante de la sociedad argentina. Con relativa frecuencia se han emitido reportajes sobre “La Doce” donde “El Rafa” combina su labor de enérgico cacique de la masa de aficionados xeneizes con las reflexiones a cámara, con admirable soltura, sobre el mundo de la barra y su relación con otros núcleos de poder

Cuando se le pregunta por su posición en el club, presume de tener potestad de bajar a espolear a los jugadores, incluso se atribuye parte del mérito de un campeonato por su magistral charla de llamada de atención al plantel xeneize, así como presume de haberse sentado a la mesa, con bastante frecuencia, en la misma mesa de los directivos de Boca. De él se asegura que hacía temblar al mismísimo Mauricio Macri, ex presidente de Boca.  Y a pesar de todo lo anterior,  no se considera el jefe de “La Doce” porque en “La Doce” no hay jefes, son todos iguales, de hecho ni siquiera se considera un barrabrava, tan solo un hincha de Boca [3]

Ante la pregunta del entrevistador del Canal 9 en un reportaje desde dentro de la “Doce"sobre su relación con la política, Rafa responde que lo bueno no es tener poder sino el teléfono de quien lo tiene. Esta respuesta la podemos comparar con la contestación a la misma cuestión, apenas un año antes, por parte de León Arslanian, Ministro de Seguridad Bonaerense en el año 2006, para el que las barras bravas eran “poli funcionales al poder”.

Más recientemente, en agosto de 2011, tras su salida de prisión en el programa de Elio Rossi y Eduardo Feinmann en C5N, Di Zeo habló, entre otras cosas, sobre el negocio aprovechamiento que le político hace del barra-brava hasta que la imagen de este último le parece perjudicial, entonces se le quita de en medio mandándole a prisión. En estos mismos términos se expresaba su predecesor en el cargo “El Abuelo”, cuando era encarcelado a mediado de los años noventa. Sin embargo, si la pregunta se realiza a Mauricio Macri, presidente del club de la Boca que coincidió con la presencia de Di Zeo al frente de la Doce, la contestación es similar a la del barra, pero desde su propio punto de vista: lejos de haber sido cómplice de los barras, se considera una víctima y, por supuesto, niega que la “Doce” tuviera ninguna clase de trato preferencial distinto del de cualquier otro socio. Esto último, contrasta con las anécdotas narradas por el líder de “La Doce” sobre su accesibilidad no solo a las instalaciones del club, sino también a los directivos de segundo nivel y en consecuencia a ciertas tareas de gestión.

En relación con esta relación colaboración y recelo entre directivos y radicales, es preciso incluir otros nuevos agentes, como son la policía y los políticos. En este último apartado, el de los políticos es importante resaltar la abierta colaboración de las barras bravas en las campañas electorales desde la reinstauración de la democracia en Argentina en el año 1983. Por aquel entonces se instauraron como habituales las relaciones entre política y barra brava, como por ejemplo el acompañamiento de los bombos de las barras a los actos políticos previo pago del correspondiente partido en concepto de alquiler de su barra; la influencia de los barra-bravas en el diputado radical Liborio Pupilo, destacado cacique de mataderos, que presentó un proyecto para que su equipo, Nueva Chicago, se salvara del descenso; o pocos años después las declaraciones del Fernando Salmarini, Secretario de Deportes, en las que reconoció haber gestionado mediante su influencia política la puesta en libertad de varios barras-bravas de Tigre  que estaban presos. [4]

Pero los contactos políticos con las barras no son un hecho del pasado, sin ir más lejos, durante la campaña electoral para las pasadas elecciones del 23 de Octubre, en el partido que enfrentaba a Argentina y Bolivia correspondiente a la Copa América, una pancarta gigante con el nombre de los candidatos Fernando Narváez y Mónica López cubría la grada sur del Estadio Único de la Plata. Tal y como desveló en el diario “OLÉ” Gustavo Gravia, las barras bravas de "Hinchadas Unidas Argentinas" fueron “subvencionadas” por los candidatos a cambio de asistir a ciertos actos políticos y mostrar la mencionada pancarta.

Aun siendo muy controvertidos los quehaceres de las barras-bravas, no cabe duda que el punto negro de estas organizaciones es su carácter violento. En este punto, es de gran utilidad volver a Rafa Di Zeo y su opinión al respecto. El ex cabecilla de “La Doce” muestra una postura ambigua al respecto, mientras por un lado defiende que hoy en día se ha erradicado en gran parte la violencia en el fútbol, que alcanzó su punto álgido en los años ochenta, de la misma forma que no duda en atribuirse mérito en la erradicación de la violencia y mostrar su oposición a la misma. En cambio, ante la pregunta de si considera enfermo que la pasión del fútbol llegue a matar a una persona, responde que no, que la pasión es la pasión. Por cierto, es preciso recordar que su estancia en prisión de tres años y medio se debió a su participación activa en una paliza a un hincha de Chacarita.

A los anteriores episodios, hay que sumar al historial de Di Zeo los recientes disturbios producidos el enfrentamiento entre las propias facciones de “La Doce” que se han originado tras su salida de prisión y la intención de volver a integrarse en la barra de Boca.  Esta es una forma típica de violencia en la popular, entre los radicales del mismo equipo. De hecho, en los últimos tiempos se está convirtiendo en la forma más frecuente de violencia en los campos de fútbol, destacando el prolongado enfrentamiento entre dos facciones de la barrabrava de River Plate, Los Borrachos del Tablón.

Por otra parte, la violencia está también presente en dirección hacia el jugador y, cómo no, hacia el árbitro. En los últimos tiempos se han presenciado ejemplos de ambas formas de violencia procedente desde la Barra de Los Borrachos del Tablón, que en la disputa de la promoción por la que River Plate descendió a la Nacional B, saltaron al campo a amenazar a sus jugadores interrumpiendo el partido y, en el partido de vuelta, bajaron al descanso al vestuario del árbitro para hacerle reconsiderar su actuación de cara a la segunda parte.

No obstante el historial de Rafa Di Zeo y el resto de seguidores de condición barras-bravas, no excluye que una ONG contra la violencia en el fútbol le considere una persona encantadora, reconocidos periodistas le definan como “un tipazo” en una tertulia en el Canal 13 o el hincha común de Boca le tenga por uno de los artífices del periodo triunfal de Boca durante la primera década del siglo veintiuno. No cabe duda que la alta consideración del barrabrava por parte del aficionado común, proviene además del folklore, del colorido espectacular que crea en la cancha. Así se expresa el periodista Lito Pintos, al que cuando ve la fiesta desde la tribuna del periodista, cuando es una fiesta y solo una fiesta a veces le dan ganas de estar un ratito allá.

A través de la gran cobertura mediática que se da a las barras-bravas, los medios de comunicación contribuyen a mostrar dos caras bien distintas de la misma moneda, por un lado el violento delincuente que encuentra en el fútbol su espacio para delinquir, por otro el apasionado aficionado entregado al club de sus amores. Un ejemplo de esta segunda versión del barrabrava son las declaraciones de Rafa Di Zeo tras la derrota en un superclásico de su amado Boca Juniors, en dos temporadas diferentes la respuesta del fanático ante la derrota fue la misma: “Yo me siento bien porque la hinchada de boca ganó. Al fútbol puedes ganar, perder o empatar, son cosas del fútbol, pero la hinchada de boca ganó”

Ante este panorama, el aficionado común se debate entre la postura de la tolerancia cero respecto a los grupos radicales y una mayor indulgencia hacia el barra-brava, desde un amplio sector social en el que, en cierto modo, se idealiza la cultura de las barras, el folklore de la grada.


[1] Datos de la Asociación Salvemos al Fútbol
[2]Pendiente de cita
[3] Pendiente de cita
[4] Pendiente de cita



-Intervención policial comparada en europa- 

El fenómeno se ha extendido y se ha transformado en problema social; los distintos países que sufren la asistencia de estos individuos a sus estadios han ido modificando sus políticas para contrarrestar, mediante un golpe de efecto policial, los altercados generados cada vez con mayor abundancia.

En Suiza, la policía de Zurich ha decidido publicar en Internet las fotografías de aquellos radicales que estén perseguidos por la justicia, tratando así de identificar a los responsables de los daños y el desorden ocasionado. Los primeros en sufrir esta medida de reconocimiento social fueron, por decisión judicial del cantón de Basilea-Ville, unos 17 aficionados que tras los enfrentamientos en el estadio St-Jacques durante un partido entre el FC Basilea y el FC Zúrich en noviembre de 2010. Al menos once personas pudieron ser identificadas o denunciadas. Más tarde han sido 16 individuos que están perseguidos por orden de la fiscalía suiza por lo acaecido durante un partido entre el FC Zúrich y el FC Basilea el 11 de mayo.
La policía británica ha desarrollado una técnica de neutralización denominada técnica “de cuña”: el núcleo de la violencia es identificado dirigiendo entonces el operativo únicamente contra los mismos, sin hacer partícipes del acto al resto de la grada o tribuna donde se encuentran.

En el país galo se ha creado un grupo de policía que expresamente se dedicara a la erradicación del fenómeno ultra en el fútbol ha sido la decisión tomada por Francia. El organismo, denominado División Nacional de la Lucha contra la violencia en el fútbol tratará de realizar una tarea de prevención en vez de la llevada a cabo por los ingleses, de actuación directa.

Mientras tanto, el Gobierno italiano, considera sus actos como esporádicos. Los tifosi han llegado a acabar con la vida de varios policías como ya ocurriera en Nápoles hace 2 años, donde una disputa terminó de la manera más trágica posible.
La policía actúa en los estadio mediante el denominado avance de estilo rodillo, técnica muy similar a la utilizada por los romanos en la batallas. En un sentido contrario a la policía inglesa este método de intervención apalea a toda una tribuna, aunque la provocación haya estado reducida a un reducido grupo de exaltados.

El caso español no es muy halagüeño. Incidentes como los ocurridos en el barrio madrileño de Vallecas entre el Rayo Vallecano y Real Betis, en los que un partido que se había prevenido de alto riesgo dejó mucho que desear, el resultado de la misma fue un vehículo policial quemado, patrullas huyendo y un coche incendiado por varias bengalas.

-¿Cómo puede reaccionar esta sociedad?-

En primer lugar, la violencia repercute en el aficionado común. Bien siendo víctima de los ataques indiscriminados que lanzan este tipo de grupos sin importarles la persona. Bien transformando su forma de ser. Por tanto, debe ser la policía quién tenga en cuenta que se enfrenta a grupos muy numerosos y ordenados y no considerarlos así, tal y como se hizo en el enfrentamiento mencionado, minusvalorando su capacidad destructiva, hace que nunca se llegue a avanzar en la desaparición y control de este fenómeno de radicales. Siendo esta la única manera de revertir la situación de deriva en la que se encuentra el deporte en el mundo.

1 comentario:

  1. Un escrito donde se deja en claro que el futbol o soccer en sí como deporte no es nada malo y tiene beneficios, pero lo que sí es malísimo y tóxico es el fanatismo que hay en él, como las "barras" o grupos fanáticos extremos de los distintos equipos:

    https://alexanderstrauffon.blogspot.com/2014/06/lo-malo-del-futbol-y-sus-fanaticos.html

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