lunes, 22 de noviembre de 2010

SEMANA DE CLÁSICOS, VENIDOS A MÁS Y VENIDOS A MENOS





En los últimos siete días se han disputado una serie de encuentros  entre equipos con una enconada rivalidad, desde un Inter-Milan hasta un Brasil-Argentina. Sin embargo en este artículo nos detendremos otros dos partidos, quizá porque derbi de Milan es menos derbi cuando Italia entera esta clamando por la “vergogna” de Ferrari o porque un Argentina-Brasil en Qatar, rodeado de un paripé más propio de un Gran Premio de Fórmula 1, suena poco a clásico. Nos centraremos pues, en dos clásicos que conservan casi todos sus alicientes: el Superclásico de Argentina, River-Boca y el derbi del norte de Londres, Arsenal-Tottenham.
 Empezaremos por el otro lado del Atlántico, por historia, por tradición, por repercusión, porque un River-Boca siempre será el Superclásico. Se habrá percatado el lector, muy a su pesar, que éste es el venido a menos. Por desgracia así es. No es que se haya perdido ni un ápice de pasión en la platea, ni que el país ya no se paralice por el “Súper”, ni que el Monumental haya dejado de ser un Templo del Fútbol… No, todo eso sigue presente, a 10.000 km de distancia, un River-Boca sigue oliendo a fútbol de siempre. La pasión es indiscutible, seguramente inmortal, por eso fuimos tantos los que miramos con asombro, una vez más, como un estadio late cuando un partido es una cuestión de honor, una afrenta personal de cada uno de los hinchas de uno u otro equipo.
Hasta ahí todo perfecto, ¿el problema? Sobre el campo, en el piso que dirían allá. Si me permiten exagerar para subrayar el dilema, un partido de solteros, mejor dicho impúberes, contra casados, o quizá ancianos. Fue un River de infantes, el que se impuso a un Boca de viejos. Uno a cero, ramplón y aburrido, con emoción sí, pero ya está.
Esta es la lacra del fútbol argentino (caso aparte la violencia, corrupción y otros males endémicos), los jóvenes prometedores emigran cuando aún no les han salido los dientes, mientras que los futbolistas ilustres regresan cuando ya están más que de vuelta. Esta falta de paciencia de los jóvenes, contagiada por todo el sistema, el cual funciona a una velocidad de vértigo: entrenadores y jugadores van y vienen de club en club, siendo complicado mantenerse al día.
No obstante, la desastrosa gestión deportiva no impide que siga surgiendo el talento de forma natural. En Argentina nunca cesan de surgir nuevos talentos, llevan el fútbol dentro, cuestión de genética, está en su ADN. De hecho, auguro una generación exitosa para “los millonarios”, y es que dentro del caos, no pasa desapercibido el genio de pibes como Lamela, Pereyra, Lancini o Funes Mori. Tienen fútbol para aburrir y será cuestión tiempo que los pibes la empiecen a romper. El dilema es ese: tiempo, paciencia… Volvemos a lo mismo.
Mejor pintan las cosas en el noroeste de Londres, no ayudaba el horario, partido al mediodía a beneficio de los millones de libras venidos de oriente; sin embargo no defraudó el ambiente del Emirates Stadium. Muy inglés, solemne por momentos, furiosos cuando la situación lo requiere, siempre fieles a su tribu. Tampoco defraudó el partido (visto desde el punto de vista de un espectador neutral, mis condolencias a la parroquia “gunner”).
Los dos equipos quieren ganar, esa es su idea desde el pitido inicial y nosotros, amantes del fútbol, bien que lo agradecemos. Cada uno a su estilo: tiqui-taca preciosista del Arsenal, frente al contraataque endiablado del Tottenham. Para gustos los colores.
Primera parte para el Arsenal, toco y me voy, fácil y bonito. Dos a cero al descanso, a partir de ahí se echaron a dormir y la cantinela de siempre: blanditos, muy blanditos. Apunte al respecto: considero un acierto un delantero rematador en un equipo que elabora mucho el juego, mastica la jugada, de un lado a otro, al final está Chamakh. No interrumpe, no molesta, él se desmarca y se vuelve a desmarcar, hasta que le llega el balón en el área, entonces a la cazuela.  No es Batistuta, pero creo que puede funcionar muy bien como nueve de los “gunners”, entre Fábregas, Nasri, Arsavhin… no es necesario un delantero que se fabrique el gol, para eso ya están ellos. ¿Qué hacemos con Van Persie? Para mí le hace un favor: que juegue de segundo punta, esa es su posición natural.
En cuanto al Tottenham, pinta muy bien. Tiene el patrón de juego, con los futbolistas indicados para jugar el contraataque, cuenta con el jugador más en forma de europa, Gareth Bale, tiene fondo de armario y sobre todo tiene muchas ganas de que este año no sea otra vez un casi. El equipo de la colonia judía tenía por costumbre acercarse y no llegar, por fin este septiembre consiguió la ansiada clasificación para disputar la Champions y no está defraudando. Los “Spurs” se están abonando a las remontadas épicas, buen síntoma. Evidencia el compromiso de una plantilla repleta de jugadores con muchas ganas por demostrar cosas. Por demostrar que siguen valiendo (Gallas), que otros no supieron valorar su valor real (Van der Vaart) o simplemente que son muy buenos  (Bale, Pavlichenko o Modric).
Y es así como después de que el Arsenal les diera un repaso en la primera parte, siguieron creyendo en ellos mismos y empataron el partido de la mano del Rafa Van der Vaart, participó en los tres goles marcándose otro partidazo más dentro de una temporada espectacular, y Gareth Bale. Es posible que la victoria fuera demasiado premio para los méritos mostrados, se me antoja injusto el dos a tres logrado por Kabul, aún así, me quito el sombrero ante los “Spurs”, tanta remontada no es casualidad.

Javi

2 comentarios:

  1. Vergüenza lo que pasó durante el partido, que los seguidores de Boca tiraban bengalas encendidas a la gente de River justo abajo. La violencia ensucia el fútbol y el de Argentina está por terminar.

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  2. Querido Alex.

    El fútbol Argentino es así.

    Hablamos de un país en el que las barras bravas tienen mas poder que las mismisimas directivas de los equipos.

    El fútbol argentino no va a terminar por eso, si no que posiblemente si las aficiones no existiesen no exitiría.

    Ten en cuenta que lo importante de esos partidos no es el juego, que como se pudo ver en este último brillo por su ausencia, sino los canticos, piques, el colorido de los artefactos pirotécnicos y demas ambiente de la grada... Por eso es que los derbis entre river y boca estan en el top 3 del mundo.

    Ir a una cancha en argentina implica eso. Para esta gente después de un Boca River no hay nada, el fútbol es su locura.

    Por lo tanto, el día que en argentina el deporte rey deje de tener todo esto en la grada si que será el día que desaparecera.

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